Hay una canción de Extrechinato y tú que dice "dame licor de oreja de conejo que quiero oír tu voz aunque estés lejos"...
Hace unas semanas tuve una reminiscencia muy potente: pude revivir las mañanas de cuando era pequeño. Mi padre me despertaba a las 7 y el colegio empezaba a las 9. Yo me pegaba una ducha y sacaba a Iris; a Iris y a Rocky; y a Iris y a Bicho. Nunca sé muy bien cómo hablar de ellos. A veces digo que tuve 3 perritos; otras digo que fueron ellos los que me tuvieron a mí; y la mayoría de las veces digo que, sea como sea, nos seguimos teniendo aunque hace ya tiempo que se fueron. Hay en mí un sueño recurrente cada cierto tiempo en el que sigo estando con ellos y solo puedo verles yo; como un ángulo vivo pero dormido. En estos sueños y hacia el final suelo empezar a llorar al ir adquiriendo consciencia de que se trata de un sueño. Desde un punto de vista conciliando lo inconsciente con lo consciente, me gusta pensar que Iris, Rocky y Bicho me ayudan de esa forma a no ahogarme desahogándome con ellos, aunque la sensación de llorar en sueños para mí no es muy satisfactoria.
La reminiscencia de hace unas semanas me llevó a ese momento de las mañanas en que arrancaba el día con ellos. Tras volver de la calle me hacía el desayuno y repartía las galletas y los cereales para mí y para ellos por igual. Luego venía el día, el colegio, etc.; y entonces empezaba casi todo lo que no me gustaba...