"Lo que mueve el mundo", de Kirmen Uribe

Leí este libro en 2019. Dedico mucho tiempo a pensar en la idea de qué es lo que mueve el mundo, o lo que mueve al mundo. Aquí algunos fragmentos que subrayé:

Los lugares desconocidos a menudo nos resultan fríos. Se apodera de nosotros una especie de penumbra sombría, y notamos más la ausencia de las personas que fuimos dejando atrás.

Durante aquellos días de camping, mientras caminaban por los senderos, Robert, Aline y los niños marcaban el paso entonando canciones de la República española. Marchaban en fila india, uno detrás de otro, el batallón de los inútiles soldados de buen corazón. Así llegaban a la cima en un suspiro, casi sin darse cuenta.

Robert estaba ingresado con neumonía por haber estado caminando por el bosque una tarde de tormenta. Le encantaban los días de tormenta, sentir en su cara la lluvia y el frío.

Lo mismo que a Ludwig van Beethoven. Cuando estaba componiendo, al maestro le gustaba pasear, si era bajo la lluvia mejor aún, porque así se le aclaraban las ideas. En su vejez, estando ya sordo, Beethoven iba cantando por los prados. Una vez un campesino que intentaba poner el yugo a sus vacas se quejó. Al ver a aquel hombre que cantaba y agitaba los brazos, las vacas se asustaron. Se liberaron del yugo y huyeron monte arriba. El campesino se puso a gritarle sus quejas, pero Beethoven no se enteraba de nada. Al cabo de unos días los labradores de la zona se tranquilizaron al enterarse de quién era aquel loco que paseaba por los prados cantando y agitando los brazos, y a partir de entonces no le hicieron ningún caso. Las vacas tampoco: levantaban un poco la cabeza, veían al loco y seguían pastando.

Las rupturas no llegan de repente, acostumbran a ser consecuencia de una herida que lleva tiempo abierta. Como en los terremotos, las capas interiores de la tierra presionan en silencio, una contra otra, hasta que, en un momento dado, desgarran la corteza terrestre. La razón de la ruptura, la causa más profunda, tampoco solemos verla con claridad hasta que ha pasado un tiempo. Y pocas veces suele ser única -un solo desencuentro, una sola riña- la razón que provoca todo ese terremoto. Además, con el paso del tiempo, aquella razón que tanto nos ofendió se va difuminando, va perdiendo sus aristas, igual que las figuras de las portadas góticas, y ya no nos hace sufrir tanto.

Los amigos no se enfadan de repente; por el contrario, la vida de cada cual tira hacia uno y otro lado, y son esas fuerzas las que desgarran la amistad, como una tela vieja cuando tiramos de ella. Y uno piensa cómo es posible que personas que en un tiempo estuvieron tan cerca estén luego tan lejos; que las mismas personas que una vez se llevaron tan bien luego reaccionen con amargura, con rabia despiadada, como el peor de los amantes.

Un amigo te aceptará tal como eres, defectos incluidos, aun cuando por un momento lo dejes de lado. Y, a pesar de que pase mucho tiempo sin que estéis juntos, no se preocupa; para un amigo, el tiempo tiene otra medida, así que no se apura. Te pondrás a hablar con él como si os hubierais visto la víspera; como si, a pesar del paso de los años, siguieras siendo el de siempre. Saber que siempre estará ahí, que admitirá los excesos que hagas en la vida, aporta una gran tranquilidad, una paz que tal vez no pueda alcanzarse en otro tipo de relación. Quizá sea la amistad la más perfecta de las relaciones, o la más humana.

Al ir hojeándolo leo estas tres frases de Safo:
“Ante el odio, nada mejor que el silencio”
Y más abajo:
“Una persona bella solo lo es mientras la ven los demás, pero una persona sabia lo es incluso cuando nadie la ve”
Y por último:
“Si la muerte fuera buena, los dioses no serían inmortales”

- Mientras traducía esa novela tan mala me he dedicado a pensar en qué es lo que hace buena a una obra literaria.
- La belleza, dice Herman.
- No tiene nada que ver con la belleza. Ni con que sea contemporáneo, ni con que incorpore innovaciones formales. Esas son cuestiones teóricas, pasto para la crítica. En mi opinión, lo que importa es algo que no aparece en el texto, que está entre líneas.
- ¿El encanto?
- Yo no usaría esa palabra. Prefiero llamarlo impulso.

Un viejo poema chino dice que si dos personas se quieren mucho, si han estado muy unidas y una de las dos muere, la que muere en realidad es aquella que sigue andando.

Publicado el 17 junio de 2023 por Pedro Lázaro Rodríguez; con licencia Creative Commons CC BY-NC-SA 4.0 y en la categoría "Bibliotecas, Lecturas"

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