Rosalind Franklin y Vigdis Hjorth: notas tomadas de una revista de la biblioteca de Las Navas del Marqués en Ávila

La semana pasada conocí la biblioteca de "Las Navas del Marqués" en Ávila. Estuve un rato en una sala con el portátil resolviendo asuntos varios y tras ello subí a la biblioteca en sí. Iba buscando algún libro de expurgo para llevarme. A la entrada, vi 3 montones de revistas y pregunté si eran de expurgo y si podía llevarme algunas. Me dijeron que sí y me pillé unas 20 revistas, principalmente de La Lectura, de "El Mundo". No la conocía porque no compro prensa impresa, pero tras leer varios números, ya he visto que también está en digital y que funciona con RSS que ya he añadido a mi lector TTRSS: https://e00-elmundo.uecdn.es/rss/la-lectura.xml

Subrayé varias frases de diversos artículos y pongo por aquí las frases de 2 sobre Rosalind Franklin y Vigdis Hjorth. Rosalind está relacionada con la estructura molecular del ADN; y Vigdis es escritora noruega. No conocía la historia ocultada de Rosalind ni los libros de Vigdis, que sacaré en breve de la biblioteca.

Rosalind Franklin, la científica que cristalizó la molécula del ADN (2/12/2022):

Franklin era la química Rosalind Franklin (...). Un año antes de que Crick y Watson publicaran su artículo [describían la estructura molecular del ácido desoxirribonucleico (ADN)], ella había cristalizado la molécula de ADN y había logrado fotografiarla mediante la técnica de difracción de rayos X. «Los resultados sugieren una estructura helicoidal con 2, 3 o 4 cadenas y con los grupos fosfato hacia el exterior», escribió. Lo que ella no sabía es que Crick y Watson habían visto sus fotografías y anotaciones, facilitadas por un colega al que detestaba, Maurice Wilkins. Gracias a esa información, los dos científicos, que no tenían los conocimientos de química y cristalografía de Franklin y estaban atascados con sus modelos, corroboraron sus hipótesis y publicaron el artículo.

A pesar de haberse basado en sus datos, Crick, Watson y Wilkins -que también ganó el Nobel- no solo ignoraron a Franklin, que había fallecido en 1958, a los 37 años, por un cáncer de ovarios causado muy probablemente por el uso de rayos X, sino que se dedicaron a vilipendiarla, como hizo Watson en su libro La doble hélice. Pero alguien ha querido poner las cosas en su sitio. Howard Markel, divulgador y catedrático de Historia de la Medicina de la Universidad de Michigan (Estados Unidos), ha investigado los entretelones del gran descubrimiento de la estructura del ADN y a sus protagonistas, que no son marcianos ni venusinos sino seres humanos con pasiones, celos, envidias, miserias y grandezas. El resultado es El secreto de la vida (La Esfera de los Libros, 2022), un libro maravilloso que desgrana cómo aquellos científicos provenientes de diferentes países, con edades y culturas muy distintas, interaccionan en el lugar y el sitio adecuados para dar de repente con el hallazgo que cambiaría la historia de la humanidad.

El subtítulo del libro -Rosalind Franklin, James Watson, Francis Crick y el descubrimiento de la doble hélice del ADN- ya es toda una declaración de intenciones: la heroína de la historia es Franklin y, de alguna forma, los villanos serían los también eminentes James Watson y Francis Crick, descubridores oficiales de la estructura del ADN.

Rosalind Franklin (Londres, 1920-1958) lo tenía todo en contra en esa época, no sólo por ser mujer, judía y atractiva, sino porque era exageradamente brillante como persona y como científica y eso no se perdonaba fácilmente en aquel mundo dominado por hombres. Tenía además un carácter temperamental y avasallador que incomodaba a sus colegas.

Las mujeres no podían sentarse en cualquier lugar del aula, ni tomar café en la sala de profesores, reservada a los hombres. Pese a aprobar los mismos exámenes que ellos, el título final que se les daba era distinto: a las mujeres se les expedía un diploma de degree tit que, aunque oficialmente significaba título de graduada, en inglés puede hacerse un juego de palabras con «teta de graduada» y como tal se referían a ellas.

Todos estos contratiempos molestaban a Franklin, a la que Crick y Watson definían como «una feminista que se queja de trivialidades». Hay que tener una personalidad extraordinaria para desenvolverse en ese ambiente y, pese a la oposición familiar, trasladarse sola a una fría y pequeña buhardilla de París para continuar sus estudios en un área tan exigente como la cristalografía.

Vigdis Hjorth: "Si supiéramos lo que nos marca la infancia, nadie tendría nunca hijos" (02/12/2022):

La mayoría de las familias, o todas, tienen una especie de historia familiar oficial que explica porqué el tío Knut nunca viene por Navidad o porqué nunca se habla de la tía Nina. Cuando creces descubres que uno era alcohólico o la otra una psicópata, y como soy muy curiosa me interesa explorar esas zonas oscuras de las que nunca se quiere hablar. También hay un elemento personal, claro, pero lo principal es que me llama mucho la atención esa historia oculta de la vida cotidiana

Mis personajes buscan justamente liberarse de esos secretos de infancia que siguen pesando años después

Una persona puede ser increíblemente exitosa de todas las maneras posibles, pero si le faltó el amor en la familia llevará esa herida toda la vida

Por el lado de la madre, es difícil romper con alguien que has llevado dentro nueve meses y por el del hijo hay una dependencia biológica innata que hace que un niño nunca olvide esa relación tan desigual

En el libro digo que si una supiera de joven lo decisiva que es la infancia, lo que nos marca, no se atrevería a tener hijos

Hay una anécdota de Picasso que me encanta y creo que es muy ilustrativa. Cuando el nazi Otto Abetz vio una reproducción del Guernica, le dijo al pintor: "Es lo mejor que ha hecho usted hasta ahora", y Picasso le replicó: "Esto no lo he hecho yo, lo han hecho ustedes"

Aquí están las versiones web de los artículos desde archive.ph:

Fin: post publicado el 11 agosto de 2024 por Pedro Lázaro Rodríguez; con licencia Creative Commons CC BY-NC-SA 4.0 y sobre el tema (o temas): Otros

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